La importancia de la danza infantil en el proceso educativo
Los niños entran con gran alegría al mundo de la danza porque descubren la libertad de moverse.
La danza, en sentido estricto, es muchas cosas. Puede ser un salto de alegría, puede ser una serie de pasos, un ritual religioso o una obra de arte. Puede abarcar desde los saltos y formaciones que hacen los animales en la época de celo, hasta la “Muerte del Cisne” bailada por la Pavlova.
El lenguaje de la danza es el movimiento corporal; su instrumento: el cuerpo humano.La práctica sistemática de jugar bailando, de crear con el movimiento corporal, le permite al niño fortalecer la integración de su personalidad, al mismo tiempo que refuerza su identidad grupal y sentido comunitario. La creatividad corporal pone los cimientos para una mejor asimilación de las nociones intelectuales que el niño está por adquirir. La interacción de las capacidades estructurales (reflexión y percepción: habilidades y vivencias; formulación y simbolización; expresión y comunicación…) dentro de la creación lúdica, constituye la semilla más productiva del proceso educativo.
IDENTIDAD:
En la danza infantil no existe lo “erróneo” ni lo “certero”. No existen pasos que aprender, ni estilos. Lo que importa es que el niño recurra a sus fuentes íntimas para expresarse. Cierto es que un aumento en la habilidad técnica aumenta la capacidad de expresión, pero en la danza para niños el contenido es anterior a la habilidad corporal. Para enseñar al niño bailar es necesario tomar en cuenta, antes que nada, su identidad. Para ello cultivamos su capacidad de crear movimientos en lugar de estimular su actividad motora sin objetivo; cultivamos su sensibilidad, en lugar de apoyar al exhibicionista. Bailar con total entrega es fácil y difícil a la vez. Los seres humanos con mucha frecuencia se van desconectando de su sensibilidad. Pero un niño puede expresarse sin prejuicios ni mutilaciones. Por ello es necesario inducir la corporización desde temprana edad, hay que empezar por el principio, es decir, por la expresión de la identidad; la expresión de lo que identifica al individuo: su emoción y su pensamiento. Para que un niño exprese su ser personal es necesario motivarlo por medio de juegos y ejercicios que lo pongan en contacto con su propia sensibilidad. Esta motivación se logra utilizando métodos basados necesariamente en la integración de los factores que sustentan la creación: emoción, imaginación e invención. (Existen diversos métodos que pueden adecuarse según las necesidades). La emoción y el pensamiento del niño se identifican, a la vez, con lo que sienten y piensan los otros miembros de su comunidad escolar. La identidad individual, por lo tanto, es parte de la identidad grupal, el sentido comunitario se da entonces, con toda naturalidad, como en los juegos no competitivos.ELEMENTOS:
Cuando alguien se mueve utiliza los siguientes elementos: su cuerpo, el espacio, la energía y el tiempo. Estos cuatro factores, al combinarse, dan la posibilidad de caminar, correr, brincar, resbalar, caer, levantarse, rodar y, también permanecer estático. El espacio tiene que ver con direcciones, recorridos, niveles y frentes; además, con la energía que generan los movimientos. Los movimientos pueden ser cortantes, suaves, fluidos, ligeros, pesados, contenidos, etcétera. El ritmo en la danza infantil tiene su manifestación básica en la organización sensible de los elementos cualitativos de diversos esquemas rítmicos. Un esquema rítmico incluye el acento, la velocidad y la duración. La motivación propicia el movimiento corporal: es un motor. La motivación se inicia presentando un estímulo externo sobre el cual el niño construye imágenes ligadas a vivencias y asociaciones. La integración estructural establece que el juego puede comenzar por cualquier parte: música, teatralización, objetos, formas, contenidos, reglas, pero siempre tendrá preponderancia en el hecho de bailar.CONCEPTOS BÁSICOS:
Antes de adoptar un método es necesario recordar algunos conceptos: Lo importante en una clase es solicitar no mostrar. El proceso debe iniciarse en el interior del propio niño, de adentro hacia afuera; nunca se Je pide que imite o copie, ya que esto conduce a la enajenación. En una clase de danza para niños existen tres etapas: 1ra. Presentar un elemento formal o temático (o ambos), 2da. Dejar que los niños exploren sus posibilidades, 3ra. Integrar elementos hasta lograr una estructura (esquema temporal), contando prioritariamente con el acompañamiento musical, en improvisaciones acordes con las necesidades de cada niño creador. La danza infantil es insustituible. Es la única actividad en la que el movimiento corporal se realiza, no en razón de la destreza, sino como medio de expresión individual. El niño experimenta, a través de la danza, un sentimiento de realización que no encuentra en ninguna otra actividad, porque la danza pone simultáneamente en acción todas sus potencialidades. Al bailar el niño no se ocupa de llegar a una meta; se concentra únicamente en el hecho de mover su cuerpo. Cuando los niños danzan en grupos y se expresan a partir de una motivación común, el resultado se asemeja al de los hombres antiguos en su organización colectiva del trabajo, ya que la fuerza del grupo, coordinada y rítmica, se traduce en una fuerza superior a la suma de los esfuerzos de cada uno de los participantes. Esta fuerza da a una comunidad infantil mayor seguridad y cohesión social. Con la danza el niño descubre muchas cosas sobre su persona: su cuerpo, su mente, sus pensamientos, su imaginación, sus ideas. Descubre las posibilidades de su cuerpo, su fuerza y elasticidad, el desafío a la gravedad por medio del salto; adquiere conciencia del ritmo, las duraciones, la velocidad. También reconoce el espacio, al percibirlo con el movimiento: dimensiones, niveles, direcciones, frentes y líneas de energía. La danza enseña al niño tanto la conciencia del cuerpo como el control de sus movimientos. Este aprendizaje le sirve no sólo para los juegos, los deportes y la vida diaria, sino para ampliar su percepción sensible; sobre todo, aprende a relacionar el lenguaje del cuerpo con el lenguaje verbal. Por otra parte, la danza ayuda al niño a integrar, todas sus funciones, dentro de una totalidad que lo hace sentirse parte del universo. No está por un lado la mente y por otro el cuerpo y los sentimientos. Un individuo es todo eso en forma integrada. En suma, la danza escolar es una disciplina integradora de la personalidad.LOS ESPACIOS:
Cómo se organiza la actividad de bailar en el salón de clases, en el patio, en el jardín y con otros elementos. Cualquier espacio, libre o accidentado, tiene utilidad para el trabajo, el salón de clases con bancas que apiladas pueden escalarse; un lápiz que da golpes rítmicos; palmear, cantar, zapatear; en el patio, utilizar el espacio hacia las alturas; en el jardín, aprovechar los obstáculos naturales; en un gimnasio con piano (situación ideal), abarcar todas las posibilidades.CONCLUSIÓN:
El maestro de danza infantil deberá manejar un método y utilizar su iniciativa para resolver, en cada situación y momento, los problemas que se presenten y orientar los impulsos que se manifiesten. Deberá confrontar sus hallazgos continuamente con otros maestros para mantenerse creativo, sensible y consciente de los objetivos.Lin Durán